Nuestra Escuela de Tenis
La historia del tenis no es demasiado larga, apenas un poco más que la de nuestro Club. Sin embargo, está repleta de acontecimientos que han marcado su devenir. Desde los primeros Juegos Olímpicos hasta la “Era Nadal”, se han sucedido infinidad de circunstancias que han hecho del tenis lo que hoy es y representa.
El Tenis, el deporte que da nombre a nuestro Club, no tiene una historia excesivamente larga. Sí que hay datos de juegos de pelota, algo que debemos catalogar simplemente como antecedentes al tenis que hoy conocemos, formas de divertirse con una pelota que se lanzaba de uno a otro contrincante. Hay datos de estos juegos, especialmente en Inglaterra y Francia, que hablan de la forma de jugar desde la Edad Media, una forma de lanzamiento de una zona a otra con o sin obstáculos. De hecho, uno de estos juegos era la pelota vasca, un juego con pelota, con paredes muy parecidas a las de los trinketes actuales y con una red que dividía a los contendientes.
Los orígenes del tenis hablan de que fue un deporte de minorías practicado por reyes y nobleza, hace varios siglos, y burgueses, poco antes de convertirse en un deporte de competición. En cuanto a su denominación, parece ser que el nombre de “tenis” nace de la expresión francesa “tenez”, algo así como “toma” o “cógela”. Y es que los orígenes del tenis son sin raqueta; de hecho los franceses, en una época concreta, lo denominaron “jeu de paume”, en alusión al juego que se hacía con una pelota de piel de oveja impulsada por la palma de la mano.
El primer reglamento de cara a jugar competiciones que se conoce data de 1875. Dos años más tarde, el llamado Subcomité Lawn Tennis lo ajusta, estableciendo medidas de la pista, de la red, forma de contar, composición de la pelota, etc. Y en 1888 la Fundación de la Lawn-Tennis Association edita las Normas de Juego. Sin duda ahí está el origen del tenis moderno. Y tal era el éxito de este nuevo deporte, que en los primeros Juegos Olímpicos de la era moderna (Atenas, 1896) ya estuvo presente. Un irlandés, John Boland, ganó la medalla de oro. Después, en 1928, tras siete olimpiadas, el tenis dejó de ser olímpico, debido a que los mejores jugadores se implicaron en grupos profesionales, chocando frontalmente con el espíritu amateur de los Juegos. Con la era Open, el tenis volvió oficialmente (Seúl, 1988).
Volviendo a la historia, en 1912 se creó la International Tennis Lawn Federation, aunque ya desde 1900 se jugaba la prueba quizá más atractiva de todas: la Copa Davis, que en sus inicios fue un trofeo disputado por los equipos de Estados Unidos y las Islas Británicas. Pero si algo mejoró el nivel y la competencia en la historia del tenis, fue sin duda la unión de profesionales y amateurs en una sola categoría (1968), lo que hizo que la competición fuera mucho más real de lo que era hasta entonces, con los dos ámbitos unidos en el mejor nivel del mundo. Más tarde, en 1972, se constituyó la ATP (Association Tennis Profesional), y el año siguiente la WTA (Women’s Tennis Association). Estos dos organismos gestionan los torneos y el Circuito Profesional.
Mientras tanto, en España también crecía el tenis. El primer club que se creó fue el Real Club de Tennis Barcelona 1899. En nuestro ámbito más cercano, en 1904 se fundó el Real Club de Tenis San Sebastián. Y el primer torneo importante del que se tienen datos es el I Concurso Internacional de Madrid (1906). La primera organización para regular competiciones y reglamentos fue la Real Asociación Lawn Tennis España (1909), que formó parte de la Internacional y que puso la base para lo que fue la Federación Española de Tenis (1935) y, más tarde, la Real Federación Española de Tenis (RFET) (1957).
Y en Pamplona, pues lo que hoy todos sabemos y celebramos. Nuestro Club, el antiguo Lawn Tennis Club, desde 1942 Club de Tenis Pamplona, firmó su acta de fundación en junio de 1918. Desde entonces, 100 años de vida deportiva y social, trabajando para que los jóvenes se inicien y progresen como deportistas y como personas en el ámbito de nuestra Escuela de Tenis, quizá el bien más preciado de que disponemos desde hace ya muchos años. Además, nuestro Club ha colaborado estrechamente con los clubs vecinos y con la Real Federación Española de Tenis en la organización de eventos tanto nacionales como internacionales.
En lo puramente competitivo, podemos asegurar que ha habido dos momentos que han marcado nuestra trayectoria, nuestra historia, y que, al margen de otras importantes pruebas nacionales e internacionales, han sido la organización de una eliminatoria de Copa Davis (1984) y el Campeonato de España Absoluto Masculino de 1998.
Nuestro Tenis
Nuestro Tenis, el de nuestro Club, ha evolucionado en 100 años como la sociedad que nos rodea. Desde el tenis social de las primeras décadas hasta el competitivo de nuestros días. El historial que ostentamos es sobresaliente.
Los inicios
El primer torneo que se disputó en nuestro Club (y, por ende, en Pamplona y en Navarra) fue la “Copa Ansaldo”. Se anunció en el verano del año siguiente a la fundación, en 1919, y tuvo continuidad en los años posteriores. Lo cierto es que tomó cierto prestigio y pronto dejó de ser un evento restringido a los socios del Club y se abrió a los jugadores foráneos que quisieran participar. Nos visitaron para competir en tan prestigioso Concurso destacados jugadores a nivel nacional e, incluso, vecinos franceses. Manuel Alonso, campeón de España Absoluto en dos ediciones (San Sebastián Recreation Club, 8 de Septiembre de 2019, y Gijón L.T.C. 8 de Agosto de 1920), acudió a la cita pamplonesa en julio de 1921, procedente, nada más y nada menos, que del torneo de Wimbledon.
Hay que destacar que los premios eran donados por instituciones civiles y militares, previa solicitud por parte del Club, tratándose no de premios en metálico como en la actualidad, sino regalos valiosos como copas de plata o artículos de joyería. Y también habría que destacar el interés del Club porque nuestros jugadores hicieran un buen papel, llegando a contratar en algunos momentos puntuales al entrenador del Real Club Puerta de Hierro (Madrid) para ponerles a punto.
Parece ser que el nivel de nuestros socios no era para tirar cohetes; y por eso, las Juntas Directivas optaban por traer jugadores foráneos para hacer las delicias de los aficionados pamploneses.
Sin ir más lejos, en Octubre de 1935 se programó un partido de exhibición entre Alonso y Tejada, que por aquel entonces eran los campeones de Gipuzkoa, y nuestros jugadores Izu e Irujo. Las crónicas destacan el ambiente, la gran asistencia de público, la brillantez del acto y la fiesta social que se organizó con motivo del evento. Pero del resultado no se sabe nada, lo que parece indicar que no sería favorable a los nuestros.
Durante estos años se organizaban al menos dos campeonatos fijos en el calendario anual: el campeonato social y el campeonato navarro. Todo nos hace pensar que sería uno calco del otro, porque nuestro Club era el único de Navarra y así en el social sólo jugaban nuestros socios y en el navarro podían participar todos los jugadores navarros, o sea, nuestros socios.
Dentro de los actos de uno de estos campeonatos sociales, exactamente en el de 1939, celebrado en Octubre, tuvo lugar una exhibición de Mercedes Shaw, gran jugadora de aquellos años, que disputó varios partidos contra mujeres y hombres del Club, en individual, dobles y mixtos. Aquel día, según el Orden de Juego del campeonato social, se jugaron tres rondas, cuartos de final, semifinales y finales. No adivinamos desde la perspectiva de 2018 cómo serían los partidos, qué intensidad tendrían y a cuántos sets jugarían; pero la verdad es que, a poco duros que fueran, los finalistas llegarían agotados a la última ronda. Eso sí, estuvieran o no agotados, todo terminaba como siempre, con una fiesta social.
La brillante década de los 40
Durante la década de los 40 nuestro Club da un paso de cara tomar cierto protagonismo como institución deportiva y social en la Ciudad y en las provincias cercanas.
Ya en el mismo año 40 se anuncian pruebas de selección para representar al club en el Campeonato Vasco Navarro. Y como no podía ser de otra forma, la jornada finaliza con una cena social.
En 1941 se anuncia un torneo distinto: el Trofeo Arrizabalaga. Y en 1942 se inauguran las nuevas pistas de tenis, unas pistas que son la envidia de toda la ciudad, según los comentarios que se publican en prensa. Es de destacar la inauguración de la pista 1, nuestra “Central”, una pista que al cabo del tiempo ha sido testigo infinidad de eventos y cuyo 75 aniversario se celebró con brillantez el 24 de Agosto del año pasado. Este paso es tan importante para nuestro Club que se programan unos actos durante los días 27, 28 y 29 de Junio, en los que destaca la participación de Lilí Álvarez, la mejor tenista española hasta la irrupción de Arantxa Sánchez Vicario y Conchita Martínez a finales de los 80. Lilí Álvarez (Elia María González-Álvarez y López-Chicheri) era una figura mundial y antes de su visita a nuestras pistas había jugado tres finales individuales de Wimbledon (1926, 1927 y 1928), se había proclamado campeona de dobles de Roland Garros (1929, formando pareja con la holandesa Kea Bouman) y era campeona de España (1929 y 1940).
En el mismo 1942, nuestros jugadores participan en los Campeonatos Vasco Navarros, que son dominados por los guipuzcoanos. Además, se desplazan a Santander para disputar en las pistas de la Real Sociedad de Tenis de La Magdalena los Campeonatos Nacionales. Por cierto, en este año se produce el cambio de denominación de nuestro Club, que hasta entonces era el Lawn Tennis Club, y pasa a denominarse Club Tenis Pamplona.
Pero si hay algún año que marca esta década, ése fue 1943, año en que Josecho Sagüés se proclama campeón navarro al derrotar a Antonio Sagaseta de Ilúrdoz 6/4 6/4 3/6 6/2 (ya se jugaba al mejor de cinco sets) y en el que nuestras pistas albergan los Campeonatos Vasco Navarros, además del obligado Navarro. Pues bien, en este año, concretamente en Septiembre, se programa una exhibición de un gran nivel. El gran Henri Cochet, uno de los cuatro “Mosqueteros” franceses que habían dominado el tenis mundial hacía unos años (Cochet, Borotra, Brugnon, Lacoste), juega en nuestras pistas varios partidos junto al guipuzcoano Asís Alonso, Julio Fleischener (1ª categoría nacional), el austríaco Szavost, y Olózaga, campeón Vasco Navarro. Para situarse en el momento, hay que decir que Cochet había sido campeón individual de Roland Garros (1926, 1928, 1930 y 1932), había levantado dos veces la copa de campeón en Wimbledon (1927 y 1929) y en una ocasión la del US National Singles Championships, el actual US Open. Todo esto indica que el acontecimiento fue tan importante que, por ejemplo, se tuvo que cobrar entrada a los no socios para controlar de alguna manera el aforo de nuestras pistas.
Después, en 1944, del 28 a de Junio al 4 de Julio, se disputa en nuestro Club el Campeonato de España de Profesionales, un campeonato de un gran nivel que desapareció cuando se unificaron el tenis profesional y el amateur. Las finales de este campeonato coincidieron con las del Campeonato Social.
El tenis, aunque joven, ya era un deporte importante en Navarra y en España. Todos los medios de comunicación destacaban noticias de jugadores que triunfaban aquí o en el resto
del mundo. Las crónicas de todos estos años hablan de los torneos de Barcelona (Real Club Tenis Barcelona-1899, el actual Conde de Godó), Valencia, Tenerife, el Concurso Internacional de San Sebastián, Estoril, Bilbao, San Remo y, por supuesto, París y Wimbledon. Además, se hacen seguimientos periódicos a las eliminatorias de la Copa Davis, a los Campeonatos de España y a la clasificación nacional y mundial.
Pero, aparte de estas pruebas tan importantes, también la prensa se hace eco de lo que promueve nuestra Junta Directiva. Y, por ejemplo, en Septiembre de 1943 anuncia y convoca lo que se adivina como el comienzo de una competición seria, un campeonato “local” de tenis, o sea para los de casa, pero con todo el rigor que se merece un torneo de este tipo: plazo de inscripción, condiciones de la competición y Juez Árbitro, labor que quedaría en manos del profesor de tenis Sr. Cromen. Y todo esto, como queda dicho, anunciado en la prensa local. Parece como si fuera el inicio de la competición reglada.
Años 50 y 60
Las décadas de los años 50 y 60 son algo así como la antesala del tenis de competición que hoy conocemos en nuestro Club. Como curiosidades, podríamos nombrar al primer encordador de raquetas (se anunciaba en prensa en 1951, señor Marrodán, calle Mayor 57), o la visita el mismo año del 1ª categoría español, Fernando Olózaga y el 1ª francés Gil Kermadec, que disputaron un partido individual y, tras éste, un mixto formando pareja con Tota Zenden, campeona alemana y Lucía Manfredini, campeona italiana.
Pero, aparte de curiosidades y exhibiciones, nuestro tenis progresaba y eran muchos los chavales que se entregaban a eso de la raqueta con enorme ilusión. Y así, en 1955, Antonio Azagra se proclamaba campeón del primer campeonato infantil, ganando en la final (6/3 6/3) a Nacho Bobo, y haciéndose también con el título de dobles. Azagra repitió en la siguiente edición (1956), venciendo esta vez sobre Víctor Cadena.
Además, empezaba ya a fraguarse la competición por equipos de infantiles y juniors que, aunque entonces era de carácter amistoso, tenía su importancia para los jugadores y sus clubs. Así, parece que el “clásico” era el Club Tenis Pamplona-Real Club Tenis San Sebastián, que se llegó a celebrar en varias ocasiones. Nuestros jugadores vencieron en varias ediciones, según refleja la prensa de aquellos años. Eran los tiempos de Antonio Azagra, Juan Chacartegui, Enrique Martínez de Azagra, José M. Arrechea, Nacho Bobo, Víctor Cadena, Erroz, Agudo, Canalejo, García-Mina, Fredy Garraus, Carlos Taberna o Luis Felipe Sagüés, unos chavales con una ilusión tremenda, a los que solían acompañar como responsables en los desplazamientos los entusiastas Patxi Garraus y Paco Irujo.
Y en el último año de la década (1960), se proclamó campeón navarro absoluto un jovencísimo Antonio Azagra. Este chaval había perdido recientemente la visión de un ojo y, aun así, consiguió alzarse con el triunfo en el campeonato, algo realmente complicado y, podríamos decir, irrepetible. Antonio tenía tan solo 17 años.
Y ese mismo año ganó la prueba femenina Camino Oyarzun, campeona navarra absoluta en 10 ocasiones (o más, como dice ella).
Años 70. Tenis nacional e internacional
Cuando realmente nuestro Club se dio a conocer a través de la competición de alto nivel, fue a partir de los años 70. Después de muchos años sin tenis “del bueno”, en septiembre de 1976 se jugó un torneo internacional que se denominó, sin ningún atisbo de originalidad, I Trofeo San Fermín, que se incluyó en el prestigioso Circuito del Cantábrico, que tenía como referencias la Copa Masaveu (R.C. Tenis Oviedo) y el Trofeo Martín Balzola (R.C. Jolaseta). Ganaron las pruebas individuales un mexicano (Tito Vázquez) y una estadounidense (Mary Riley), algo que dio mucho caché al campeonato porque, en aquellos tiempos, todo lo de fuera era mejor y si hubieran ganado dos españoles alguien se habría encargado de quitar importancia a un evento que se trabajó desde dentro con un cariño y una profesionalidad de alto grado, desde el Presidente hasta los recogepelotas.
El año siguiente se repitió la experiencia (por supuesto, II Trofeo San Fermín) y tuvo el mismo éxito. En este caso la prueba femenina fue para un clásico del tenis nacional, la malagueña Carmen Perea, que para entonces ya se había proclamado campeona de España por quinta vez consecutiva (fue campeona en nueve ocasiones). El título masculino lo ganó, no sin esfuerzo (entonces las finales se jugaban al mejor de cinco sets), el holandés Louk Sanders que venció en la última ronda sobre el catalán Josele Moreno.
En 1978 se dio un giro radical y se optó por el tenis nacional, organizando el Campeonato de España Junior (sub-18). La experiencia fue muy buena y se llegó a la conclusión de que quizá no habría que traer jugadores extranjeros, porque el tenis español ya daba frutos y espectáculo como para hacer disfrutar a nuestros socios. Ganaron Miguel Margets (C.T. Barcino) y Beatriz Pellón (R.S.T. La Magdalena-Santander). Pocos años después, Miguel (Miko) jugó en nuestro equipo absoluto una temporada y, más tarde, fue capitán del equipo femenino español que, con Arantxa Sánchez Vicario y Conchita Martínez, ganó cinco ediciones de la Fed Cup (la Copa Davis femenina).
Y aunque, como se ha dicho, la dirección iba hacia el tenis más cercano, el año siguiente (1979) la RFET ofreció al Club la posibilidad de organizar una eliminatoria de la Copa Galea y, como no podía ser de otra forma, se aceptó. La Copa Galea era una auténtica Copa Davis sub-21 y se jugaba por zonas. Así pues, la zona de España, una de las cuatro de todo el mundo, se disputó en nuestro Club durante tres días entre los equipos nacionales de Alemania, Holanda, Inglaterra, Canadá y España.
Al final de esta década (1980) se disputó el Trofeo Presidente, un torneo nacional con visos de convertirse en un clásico. Nada más lejos de la realidad; el torneo se jugó en su primera edición y finalizó su recorrido. De cualquier forma, esa primera y última aparición en el calendario tuvo un buen nivel, con jugadores aragoneses, madrileños, catalanes, guipuzcoanos, etc.
En lo que a nuestros jugadores se refiere, cabe destacar el título de campeón vasco navarro junior que consiguió Josemari Sexmilo en agosto de 1973 (Real Club de Tenis San Sebastián), un título que actualmente no dice mucho, pero que tiene su importancia histórica porque en aquellos tiempos nadie de nuestra Escuela había conseguido un entorchado vasco navarro.
Y además, en estos años cabe destacar un torneo curioso que promovió el directivo Rafael Arilla en diciembre de 1969, gran aficionado al tenis, y que tuvo mucho éxito: el Torneo de Navidad Handicap. Se trataba de un campeonato en el que los “buenos” partían en cada juego con puntos negativos (-15, -30, dependiendo de su nivel) y los más torpes con puntos a favor. Así, de alguna manera, se igualaba la diferencia de nivel y el torneo adquiría un atractivo especial. El torneo se extinguió al cabo de los años por dos razones fundamentales. La primera, porque era muy difícil establecer unos handicaps justos para que los partidos se igualaran, y la segunda, porque los partidos eran larguísimos; un 6/2 6/2 en un partido muy desequilibrado podía durar dos horas y media.
Los equipos también comenzaron en esta década a competir de manera oficial. En 1970 se jugó la primera edición del Campeonato Vasco Navarro por equipos absolutos, masculinos y femeninos. Y hoy es el día en que se sigue jugando esta competición, si bien ahora hay categorías infantil, cadete, junior, mixto, veteranos, aparte de las iniciales. Además, en este momento el campeonato acoge a cuatro Federaciones de otras tantas Comunidades: Euskadi, Navarra, La Rioja y Cantabria.
1984. Copa Davis y Campeonato de España infantil
Uno de los años que más ha marcado la historia de nuestro Club a nivel organizativo, fue 1984. Después del descanso de cuatro años, Pamplona entera vivió una de las competiciones más atractivas del deporte mundial: la Copa Davis. Se disputó en nuestra pista 1, con gradas supletorias, un juez árbitro internacional, lleno hasta la bandera en las tres jornadas, con Televisión Española en directo y la presencia de Manolo Santana como capitán del equipo español. España había descendido del Grupo Mundial y le correspondió jugar contra Argelia. La verdad es que el nivel de los argelinos fue el único punto negro dentro del incomparable evento. Debutó Emilio Sánchez Vicario, ganando 6/0 6/0 6/0 (algo histórico en un debutante) en el partido que abría la eliminatoria. Después, todo fue igual de fácil y España ganó 5-0.
Hubo dos detalles que se salieron de lo programado. Primero, como no podía ser de otra forma en Pamplona, llovió y la última jornada se tuvo que celebrar en pista cubierta, con menos aforo y menos comodidades. Y segundo, el partido de dobles (sábado) fue tan rápido que desde Televisión Española se nos pidió que programáramos algo para entretener a los telespectadores porque no tenían nada que ofrecer. Así pues, los jugadores españoles jugaron un doble “de mentira” para cubrir el horario televisivo.
Pero, al margen del nivel y del resultado, mereció la pena vivir esas jornadas dentro de un club que ponía toda la ilusión y los medios para aprobar con nota. Sin duda, unos días inolvidables.
El mismo año de la Copa Davis, también organizó nuestro Club el Campeonato de España Infantil, quizá el torneo de edades más atractivo del tenis nacional. La presencia de entrenadores, padres, directivos, aficionados y 128 chicos y chicas compitiendo por el entorchado más deseado, hizo de nuestra casa una manifestación de deporte puro en unas jornadas de auténtica locura. El valenciano Juan Olivert se proclamó campeón y Arantxa Sánchez Vicario, jugadora infantil de primer año, fue la estrella de la semana. Lógicamente, se hizo con el título. El año siguiente lo revalidó (C.A. Montemar, Alicante) y, además, consiguió lo que nadie había conseguido y que será difícil de ver: ser campeona de España Absoluta (R.S. Tenis Granada, 1985) en edad infantil.
Los años dorados de la competición
Sin duda, la época dorada de nuestro tenis de alta competición se desarrolló entre los años 1985 y 2004. Nuestro Club fue una de las sociedades que más eventos organizaron dentro del ámbito de las competiciones nacionales individuales e internacionales de equipos. 20 años que merece la pena recordar.
La RFET confió en un gran número de ocasiones en la capacidad organizativa del Club Tenis Pamplona. La experiencia acumulada en los torneos mencionados daba a nuestro Club un poso del que los federativos no eran ajenos. Nunca se nos dejó de conceder una prueba nacional o internacional solicitada, si bien es verdad que también sacamos de algún apuro a la RFET, en alguna ocasión en que se le había “caído” algún club organizador.
De esta forma, se volvió a organizar el Campeonato de España Junior en 1985, que ganaron el catalán Tomás Carbonell y la gallega Ninoska Souto. Y de ahí al 2004 todo fue rodado porque las Juntas Directivas de aquellos años intentaban entregar al socio un “regalo” casi anual en forma de evento tenístico de alto nivel. Tal fue así, que al final parecía casi de obligado cumplimiento.
En cuanto al ámbito internacional, Copa de la Reina (equipos nacionales femeninos juniors), Copa Helvetia (equipos nacionales femeninos cadetes), Copa del Sol (equipos nacionales masculinos infantiles), Europa Cup (equipos nacionales femeninos infantiles) y un WTA (Circuito Internacional Femenino) de 25.000 $ en premios.
Pero también el tenis nacional tuvo cabida. Y mucha. Aparte del citado nacional junior, se organizaron torneos tan importantes como el Campeonato de España Absoluto (1988, 2ª categoría masculina y 2ª y 1ª femenina), dos Campeonatos de España Cadetes (con triunfos de Álex Corretja y Marcel Granollers), un Sport Goofy (campeonato nacional infantil) y el Campeonato de España Absoluto masculino (1998).
En los torneos de estos 20 años ha habido de todo, pero si se puede hablar de momentos especiales, podríamos decir que hay fundamentalmente dos. El primero fue en 1988. La RFET nos había encargado organizar el Campeonato de España de 2ª categoría masculina y el Campeonato de España de 1ª y 2ª categoría femenina. Fueron 18 días entre previas y fases finales. La prueba masculina la ganó Sergi Bruguera, quien al cabo de los años llegó a jugar tres finales de Roland Garros, ganando dos, la primera contra Jim Courier (1993) y la segunda contra Alberto Berasategui (1994). El Campeonato femenino transcurrió sin sobresaltos, con Conchita Martínez y Arantxa Sánchez Vicario avanzando rondas y mirándose de reojo a diario. Y, como era de esperar, la final la disputaron las dos. Era tan deseado y tan morboso ver semejante enfrentamiento, que la pista 1 registró un lleno a rebosar. Hubo hasta quien engañó al equipo de Mantenimiento y les robó más de una escalera para subirse a lo más alto y ver el tan deseado partido por encima de gradas y setos. Al final el enfrentamiento tuvo un desenlace inesperado: 6/2 6/0 a favor de Conchita. No dio tiempo ni a disfrutar del morbo que rodeaba el partido.
El segundo “pico” de estos años fue el Campeonato de España Absoluto Masculino de 1998. A él acudieron cuatro jugadores entre los 16 mejores de la clasificación mundial (ATP). Álex Corretja, Alberto Berasategui, Albert Costa y Félix Mantilla revolucionaron el Club. Fue una semana de autógrafos, fotos, besos, recepciones, crónicas de todos los medios, televisión en directo, emociones, fiestas, calor… en fin, todo lo que se podía pedir. Y por si esto fuera poco, ganó aquél al que la gente quería ver en lo alto: Álex Corretja. Como guinda, entregó el trofeo el tan admirado en aquellos tiempos Miguel Induráin, que se había retirado del ciclismo profesional el año anterior.
Últimos años
Junio de 2004, con la celebración del Sport Goofy, campeonato nacional infantil patrocinado por Disney Spain, marcó el final de una etapa de nuestro Club. Ésta sí que fue una semana con ambiente puramente infantil, con el sponsor regalando de todo a los jugadores y acompañantes y con la presencia en la jornada final de Goofy, el personaje creado por Walt Disney. Hay que decir que vino a nuestro Club el auténtico Goofy, no uno cualquiera. Este circuito nacional enviaba a las finales a su personaje con toda la magia, el glamour y el secreto que guardaba el perro americano: disfraz enviado en una valija especial, vestuario sin la más mínima filtración al exterior y un actor profesional (en España sólo había cuatro actores autorizados a representar el papel) metido en el disfraz.
A partir de ahí la alta competición no tuvo el beneplácito de las siguientes Juntas Directivas durante ocho años y se perdió ese enganche a los eventos que tanto gustaba a los socios.
Pero en 2013 volvimos a ser club organizador, en este caso del Campeonato de España Junior. Era la tercera vez que se jugaba en nuestras pistas y fue un gran torneo. Tal fue el éxito que se solicitó para 2014 y 2015. El diseño del Campeonato y las fechas fueron las claves para que todo saliera a pedir de boca. Al final, tres años consecutivos viendo el mejor tenis sub-18 de España.
Con el paréntesis de 2016, el siguiente año organizó nuestro Club el Campeonato de España Alevín. Lógicamente, no es lo mismo que el junior; otra edad, menos físico, nivel distinto, pero pasaron por nuestras pistas jugadores menores de 12 años, técnicamente muy hechos, físicamente fuertes para la edad y con una mentalidad “profesional” que fue quizá lo que más llamó la atención a quien se acercó a ver el evento.
Y el broche de oro se puso en 2018, año del Centenario del Club. Se organizó el Campeonato de España Cadete. Nuestro jugador, Iñaki Montes, fue campeón del cuadro de dobles. Nivelazo el que se pudo disfrutar en nuestras pistas durante esa semana. La campeona fue una jugadora que más tarde lograría ganar Wimbledon Junior, Ane Mintegi. Y el campeón fue un jóven Carlos Alcaraz, que más tarde lograría cotas más altas, sin olvidar los orígenes de todo este mundillo, los Campeonatos y Torneos que se organizan en Clubes históricos como el nuestro.
Nuestro Historial
1976
CONCURSO INTERNACIONAL I TROFEO SAN FERMÍN
Campeón: Tito Vázquez (México)
Campeona: Mary Riley (USA)
1977
CONCURSO INTERNACIONAL II TROFEO SAN FERMÍN
Campeón: Louk Sanders (Holanda)
Campeona: Carmen Perea
1978
CAMPEONATO DE ESPAÑA JUNIOR
Campeón: Miguel Margets
Campeona: Beatriz Pellón
1979
COPA GALEA
(Equipos Nacionales Sub-21)
Zona española: Alemania·Holanda·Inglaterra·Canadá·España
1984
COPA DAVIS
España – Argelia
1984
CAMPEONATO DE ESPAÑA INFANTIL
Campeón: Juan Olivert
Campeona: Arantxa Sánchez Vicario
1985
CAMPEONATO DE ESPAÑA JUNIOR
Campeón: Tomás Carbonell
Campeona: Ninoska Souto
1986
COPA S.M.
(Equipos nacionales junior femeninos)
España 2 – Gran Bretaña 3
1988
CAMPEONATO DE ESPAÑA MASCULINO 2ª CATEGORIA
Campeón: Sergi Bruguera
Campeona: Silvia Ramón
1988
CAMPEONATO DE ESPAÑA FEMENINO 1ª CATEGORIA
Campeona: Conchita Martínez
Subcampeona: Arantxa Sánchez Vicario
1989
TROFEO SEAT WITA
25.000 $ (Circuito Internacional Femenino)
Campeona: Claudia Chabalgoity (Brasil)
1990
CAMPEONATO DE ESPAÑA CADETE
Campeón: Alex Corretja
Campeona: Isabel Llopis
1991
COPA HELVETIA
(Equipos nacionales cadetes femeninos)
Dinamarca·Francia·Gran Bretaña·Portugal··España
1993
COPA DEL SOL
(Equipos nacionales infantiles masculinos)
Bélgica·Gran Bretaña·Holanda·Israel·Portugal·España
1998
CAMPEONATO DE ESPAÑA ABSOLUTO MASCULINO
Campeón: Alex Corretja
Subcampeón: Albert Costa
2000
EUROPA CUP
(Equipos nacionales infantiles femeninos)
Alemania·Bélgica·Gran Bretaña·Israel·Eslovaquia·España
2002
CAMPEONATO DE ESPAÑA CADETE MASCULINO
Campeón: Marcel Granollers
Subcampeón: David Díaz
2003
EUROPA CUP
(Equipos nacionales infantiles femeninos)
Francia·Gran Bretaña·Italia·Portugal·Suiza·España
2004
TROFEO SPORT GOOFY
(Campeonato Nacional Infantil)
Campeón: Andoni Vivanco
Campeona: Leticia Costas
2013
CAMPEONATO DE ESPAÑA JUNIOR
Campeón: Juan Martínez Portero
Campeona: Paula Badosa
2014
CAMPEONATO DE ESPAÑA JUNIOR
Campeón: Carlos Taberner
Campeona: Cristina Bucsa
2015
CAMPEONATO DE ESPAÑA JUNIOR
Campeón: Jaume Munar
Campeona: Aliona Bolsova
2017
CAMPEONATO DE ESPAÑA ALEVÍN
Campeón: Pepe León
Campeona: Victoria Jiménez
2018
CAMPEONATO DE ESPAÑA CADETE
Campeón: Carlos Alcaraz
Campeona: Ane Mintegi
Nuestros equipos
Sin duda, la competición por equipos es la más importante de todas. El defender la camiseta del Club, a cualquier edad, en cualquier nivel y en una u otra ciudad, es un lujo que sólo unos pocos pueden saborear. Son los elegidos.
Una filosofía
Si algo se vive con pasión en nuestro Club, eso es la competición por equipos. Quizá resulta paradójico que en un deporte tan individual como el tenis, un deporte en el que se habla de “la soledad del tenista”, una disciplina en la que cuando el protagonista pierde no puede echar la culpa a nadie, una especialidad donde no cabe la excusa del error del de al lado, triunfe la competición de equipos. Pues sí.
Lo cierto es que esto forma parte, de alguna manera, de la tradición o de la historia de nuestra Escuela. Los equipos, concebidos como tales, nacieron en los tiempos de Neil Mac Affer (principio de los 70) y se consolidaron con Alfredo Coco (finales de los 70). Ahí comenzó una cultura basada en la igualdad, el compañerismo, la amistad y muchos conceptos positivos más, que han hecho del nuestro un club ejemplar. Sin pecar de presuntuosos, podemos decir que los clubs que nos conocen sienten cierta envidia sana al comprobar la forma de ser y de actuar de nuestros jugadores.
El ejemplo vivo es nuestro equipo absoluto masculino, un grupo de chavales y no tan chavales, que tienen una escala de valores no demasiado habitual en los tenistas al uso: no quieren dedicarse profesionalmente al tenis (varios tuvieron ofertas para intentarlo), les gusta entrenar, les apasiona competir defendiendo nuestra camiseta y son buenos amigos y grandes compañeros. Al final es una filosofía de vida en la que se anteponen los estudios y el trabajo al tenis, pero viviendo éste con un entusiasmo y una generosidad que llegan a emocionar a quien les observa. Es, ni más ni menos, el ejemplo a seguir para los que vienen de abajo. Y, por qué no, el objetivo.
Los equipos absolutos
Los jugadores y jugadoras que más destacan a todos los niveles (trabajo, disciplina, nivel técnico, educación, etc.) en nuestra Escuela, pasan a formar parte de nuestros equipos absolutos, el máximo nivel del Club.
Los equipos absolutos han dado gran cantidad de satisfacciones al Club. Los dos, el masculino y el femenino, han militado muchos años en la categoría B del tenis nacional, quizá la máxima categoría que se puede alcanzar sin jugadores profesionales. Sin ir más lejos, el masculino ascendió por tercera vez hace 26 años (Club Tennis Reus Monterols, Noviembre 1992). Eran los tiempos de Félix Azagra, Fernando Ruiz, Eduardo Sanz, Roberto Unzué, Fredi Irujo, David Alday, Alan Ripa, Kintxo Ancín, J.P. Garayoa, Antonio Esparza, Fermín Lizarraga y algunos más. Desde entonces se ha mantenido con una sola laguna: el descenso del año 2010, que se superó con el ascenso el año siguiente (Cub Tenis Cabezarrubia, Cáceres, 6 de noviembre 2012), proclamándose Campeón de España, venciendo en la final al Club Tennis d’Aro.
El equipo femenino ha ganado dos Campeonatos de España de 3ª categoría, con sus consiguientes ascensos. Las chicas han militado también en varias ocasiones en la categoría de plata del tenis nacional.
Los dos equipos también han jugado desde 1970 el Campeonato Vasco Navarro (ahora vasco navarro riojano cántabro). Nuestro Club fue uno de los fundadores de la competición que pronto cumplirá los 50 años. Sería tedioso enumerar título por título. Las chicas han sido campeonas en muchas ocasiones, pero sí que podemos destacar sobre todo el récord de los chicos, que en la década de los 80 fueron campeones en nueve ocasiones consecutivas.
Además, como se puede suponer, nuestros dos representantes han ostentado el título de campeones navarros en infinidad de ocasiones.
Los equipos de edades
Los equipos alevines, infantiles, cadetes y juniors, tanto en chicos como en chicas, son la esencia de nuestra Escuela de Tenis. Ahí están incluidos todos los que tienen el privilegio de poder representar al Club; privilegio, por cierto, ganado a pulso después de horas y horas de entrenamiento, con el claro objetivo de mejorar para estar entre los mejores. Estos chicos y chicas pasan por los niveles inferiores de la Escuela con todo lo que eso conlleva: grupos numerosos, frío, progresión lenta, adaptación a grupos que no siempre son homogéneos… en fin, una serie de factores que, seguramente, les hace ser fuertes y así poder sacar buena nota cuando se reclama su presencia en el equipo del Club.
El historial de nuestros equipos de edades es muy amplio. Generalmente, cada año compiten a nivel navarro y vasco-navarro-riojano-cántabro. Además, los equipos alevín, infantil y cadete lo hacen también a nivel nacional en el caso de clasificarse como campeones en la fase territorial.
Desde los tiempos de los Ancín, Barón, Garayoa, Álvarez, González, Esparza, etc., una gran cantidad de títulos han vestido nuestras vitrinas, destacando los vasco navarros infantiles, ganados en infinidad de ocasiones y, obviamente, con distintos jugadores; jugadores todos formados en nuestra “fábrica”, nuestra Escuela de Tenis.
Nuestros Entrenadores
Los profesionales del tenis marcan de alguna manera la vida de los jugadores de un Club. Aquí hemos tenido buenos entrenadores. Ellos han intentado hacer felices a muchos jóvenes ilusionados por llegar a ser buenos tenistas.
Los entrenadores de verano
Hasta finales de los años 60 el Club seguía sin tener una estructura en cuanto a la actividad de
Es por eso por lo que se contrataban entrenadores de otros clubs, que aprovechaban sus vacaciones estivales para sacar un dinero extra viniendo “a provincias”. Permanecían en nuestro Club durante los meses de verano y daban únicamente clases particulares. El interesado se debía apuntar en un papel que tenía el portero en la entrada y recibía su clase a la hora y el día elegidos.
Las clases eran siempre en la pista 3 y no había ni cubos ni carros con pelotas como hay ahora. El socio se compraba un bote de tres pelotas, se las entregaba al entrenador y éste, generalmente desde la red o media pista, se las lanzaba para que el socio le demostrara su destreza devolviéndolas. El entrenador corregía al alumno mientras jugaba con él. La verdad es que, con una visión actual, esas clases tenían que ser aburridísimas.
Rafael Galván, conocido como “Felico”, estuvo viniendo a nuestro Club en los veranos de la década de los 50. Alto, guapo y simpático, este valenciano dejó un gran recuerdo en nuestro Club. Los jóvenes de aquella época lo destacan como una buena persona y un buen entrenador de los tiempos en los que los infantiles no podían tener acceso ni a reservar ni a utilizar las pistas de tenis. Por eso, una clase con Felico era la solución para poder jugar al tenis.
Los hermanos Ferrer vinieron varios años. Pepe vino en más ocasiones y siempre dejaba una grata impresión a todo el que se le acercaba. Era un hombre muy educado, discreto y con un gran conocimiento de cómo tratar al socio que le pagaba. Si algún recuerdo queda grabado en la memoria de los socios de aquellos años, especialmente los infantiles, era el círculo marrón que tenía Pepe en el centro de su cordaje de tripa, fruto de su habilidad para tocar con esa zona todas las pelotas que, impregnadas de la tierra batida de la pista, manchaban lo que ya denominaban los americanos el “sweet spot”, el punto dulce. Además, Pepe hacía vida de club cuando las clases se lo permitían. Se le veía en la piscina infantil con su mujer y sus dos niños pequeños, pero, eso sí, siempre con una discreción digna de elogio.
Ángel, el hermano de Pepe, vino algún verano suelto a dar clases a nuestro Club. Ángel era un hombre distinto, ni mejor ni peor. Técnicamente era bueno, más “jugón” que su hermano y más comunicativo. Hombre alegre y simpático, sabía relacionarse perfectamente con los socios, los porteros, los críos, los directivos y los recogepelotas.
Pepe y Ángel tenían un hermano, Manolo, que también era entrenador de tenis. Se jubiló, después de trabajar muchos años en pista, en el Club El Candado (Málaga), una sociedad que contaba con club de tenis, club de golf, puerto deportivo y playa propia. Casi nada. Por cierto, este club fichó en los años
Los Entrenadores sin Escuela
Manolo Díaz "El Moro"
En los últimos años de la década de los 60, el Club contrató como entrenador a Manolo Díaz, un marroquí de padres granadinos; un tipo curioso, buen jugador, simpático y muy rocero. Dado su origen, los socios no tardaron mucho en colgarle el mote: El Moro.
El Moro se relacionaba con todo el mundo, pequeños, juveniles, mayores, hombres y mujeres, inclinándose preferentemente por estas últimas. También era hábil a la hora de exhibir su tenis cuando había público y hacía cosas que ahora hace mucha gente (golpeo entre las piernas de volea, willys, derechas de espalda a la red, dejadas con retorno a la pista propia) pero que entonces supuso una novedad. El Presidente, José Mari Martínez Peñuela, era uno de sus clientes habituales, y en esas clases El Moro, lógicamente, lo daba todo.
Entre sus méritos, la cantidad de amigos que hizo. Entre sus deméritos el poco castellano que aprendió. Más que un castellano deteriorado parecía un dialecto. Por poner un ejemplo, para decir a sus jugadores que hacía falta ganar un partido como fuera, atacando o defendiendo, acuñó una frase que dejó como legado eterno: “Farta ganá, mimo globo, mimo volea”. Y se quedaba tan ancho.
Un día dijo que se iba, se fue y no ha vuelto a aparecer por el Club.
Juan Chacartegui
Si en aquellos tiempos alguien pegaba la derecha con una velocidad impresionante, ése era Juan Chacartegui. Formaba siempre pareja con Fredi Garraus y era un espectáculo verlos jugar en los torneos de dobles. Cada vez que se anunciaba un partido de esta pareja, la pista se llenaba.
Hubo una temporada en que el Club le pidió que entrenara a los pequeños, jugadores alevines e infantiles, y ahí estuvo Juan, peloteando y corrigiendo a todo el que se le metía en la pista. Juan era un hombre encantador, buen jugador y, sobre todo, muy divertido. Cumplió con su labor durante un tiempo y luego, cuando dejó las clases, siguió unos años jugando torneos y llenando las gradas.
Juliantxo Goñi
Durante una temporada más o menos larga, Juliantxo Goñi fue el entrenador de los más jóvenes del Club. Juliantxo era hijo del señor Goñi, el Conserje en aquellos tiempos, y por eso vivía en el chalet de la pista 1 (donde más tarde se instalaron las Oficinas Generales). Era seguramente el mejor jugador del Club, ganó varios campeonatos sociales y fue campeón navarro.
Para los críos era un placer que les entrenara Juliantxo porque, además de saber enseñar, era un buen tipo, buena persona y cariñoso con todos. Siempre se prestaba a jugar con cualquiera.
Compartió temporadas en los entrenamientos con Manolo Díaz y con el siguiente entrenador, el neozelandés Mac Affer. Juliantxo no se dedicó al tenis, sino a estudiar su carrera universitaria, aunque de estudiante seguía entrenando y jugando todos los campeonatos de la época.
Neil Mac Affer
Nuestro Club también ha contado con un entrenador del otro lado del Globo. Un neozelandés, llamado Neil Mac Affer, apareció un día acompañado de su mujer (riojana) y su hijo, para ofrecerse a dar clases de tenis. La situación no era muy normal porque, por una parte, no pegaba el ofrecimiento de un neozelandés; y, por otra, tampoco que un neozelandés, en aquellos tiempos, estuviera casado con una señora de Logroño. El caso es que se le contrató para dar clases los jueves, viernes y sábados, porque lunes, martes y miércoles trabajaba en la S.D. Cantabria, de Logroño.
Y como la cosa iba a más en cuanto a alumnos y a satisfacción del socio, se le hizo una oferta para trabajar toda la semana en nuestro Club y la aceptó.
Neil había estado en el equipo de Copa Davis de Nueva Zelanda con 19 años. Jugaba a tenis con un estilo y una elegancia inmejorables. Era uno de esos entrenadores de antes, sin método, sin ningún tipo de estructura en su trabajo técnico. Además, como psicólogo tampoco podría haberse ganado la vida porque, entre otras cosas, nunca veía bien los progresos de sus pupilos, siempre faltaba algo más y no felicitaba al jugador cuando había conseguido algo exitoso. Pero con ese estilo perfecto en la pista contagiaba a cualquiera y te invitaba, de alguna manera, a imitarle y a hacer las cosas como él. Sin duda fue un fenómeno y un entrenador que marcó un antes y un después.
Los sábados por la mañana, Neil se ponía en la pista 5 desde las 10.00 y enseñaba a todos los niños y niñas que deseaban aprender a jugar al tenis. Eran las míticas “Clases Colectivas”, a donde se acudía sin inscripción, sin cuota y sin avisar. El gasto corría a cargo del Club. Fue una época que hizo felices a muchos chavales y que sacó su grupo de campeones. Ahí empezaron Kintxo Ancín, Jordi González, J.P. Garayoa, Toñín Esparza, José Félix Barón y Arturo Álvarez, jugadores que más tarde dieron muchas satisfacciones al Club como equipo.
Neil Mac Affer aceptó una oferta de un club de Karlsruhe (Alemania) y dejó el nuestro. De ahí saltó al tenis internacional, entrenando y viajando por el mundo con grupos de chicas por el Circuito WTA.
Entrenadores de la Escuela de Tenis
Alfredo Coco
El siguiente entrenador fue un catalán. Los catalanes eran en aquellos tiempos (y hasta mucho tiempo después) los dominadores del tenis nacional. Quien no era catalán, no tenía nada que hacer. De hecho, en nuestro entorno, el club que fichaba un entrenador catalán era catalogado como distinguido, elegante. Con cierto cachet.
Alfredo Coco llegó en 1976. Cuando vio la cantera de nuestro Club se extrañó del nivel de los pequeños y trabajó duro con ellos hasta que, por ejemplo, dominaron el ámbito Vasco Navarro, algo impensable años atrás.
Pero lo que Alfredo consiguió es que nuestras “Clases Colectivas”, nuestros entrenamientos de equipo, nuestras clases de jóvenes que querían progresar, tuvieran, por fin, una denominación: Escuela de Tenis. Por eso, Alfredo Coco pasará a la historia como quien, en cierta forma, fundó lo que hoy es nuestra Escuela.
Coco era una persona amable y educada. Por las mañanas daba clases particulares a los socios y por las tardes se dedicaba a la Escuela. Con él subió mucho el número de alumnos y practicantes. Hizo muchos amigos en el Club y se enamoró de Pamplona. Y también se enamoró en Pamplona, más bien en el Club, porque su actual mujer, Toña, era jugadora del equipo absoluto cuando Alfredo entrenaba. Sin duda, una historia con final feliz que no se había dado nunca.
Alfredo consiguió llenar de trofeos las casas de nuestros jugadores durante varios años. Fue, sin duda, un punto de inflexión en el tenis de nuestro Club y también en el navarro. Además, compitió defendiendo nuestros colores en el equipo absoluto, estando siempre dispuesto a pelear, porque, si algo tenía este catalán, era que se mostraba como un competidor con el cuchillo entre los dientes. Si tenía la mínima posibilidad de ganar, ganaba. Un auténtico “killer”.
En 1980 dejó nuestra Escuela.
José Luis Gimeno
Cuando llegó a nuestro Club José Luis Gimeno ya no nos impresionó. Era catalán, pero uno ya estaba acostumbrado a tener semejante honor. José Luis era un hombre más universal. Había trabajado los últimos años en Noruega y eso le había marcado. Fue el primer entrenador con método. En esos años, la Escuela Nacional de Maestría instruía a los futuros entrenadores con la base de un método de enseñanza progresivo que decían que Manolo Santana había traído de la Escuela Checoslovaca. Era el Método de Iniciación, que sirvió para unificar criterios en la enseñanza más básica de las escuelas en todo el Estado.
Quizá la época de Gimeno se caracterizó por la cantidad de mujeres que aprendieron a jugar al tenis por las mañanas en los grupos de clases particulares. Estos grupos seguían el citado método en 20 sesiones. Josemari Sexmilo, por aquel entonces segundo entrenador, compartía con el catalán pista y grupos.
Además, se empezó a aplicar el método en los grupos de la Escuela de Iniciación; y asÍ, la Escuela que había “fundado” Coco, se tecnificó y tuvo una estructura en cuanto a forma de trabajo.
En Mayo de 1984, Josemari Sexmilo fichó por el Club El Candado (Málaga) y su lugar de segundo entrenador lo ocupó Antonio Esparza, jugador número 1 del Club que se había hecho con varios títulos navarros y vasco navarros.
José Luis Gimeno fichó en 1986 por el RACA de Sevilla, abandonando la disciplina de nuestro Club.
Josemari Sexmilo (Txema)
El entrenador que más tiempo ha ostentado la Dirección de la Escuela de Tenis. Comenzó su labor en el momento en que José Luis Gimeno fichó por el RACA de Sevilla (Septiembre 1986). Sexmilo, como se ha dicho, fue segundo entrenador durante cuatro años. Antes había liderado la Escuela del Club de Campo de Laukaritz (Sociedad Bilbaína) y la del malagueño Club El Candado. Volvió de Málaga a casa con el título de Campeón de España 1986 que conquistó su equipo infantil (Barcelona, C.T. La Salut, Trofeo Joan Compta) y con ganas de dirigir la Escuela en la que había pasado por todos los ciclos: alumno, jugador, juez de silla, juez árbitro, director de torneos y entrenador.
Txema, en principio, puso los cimientos para construir una gran Escuela de Tenis. Diseñó una estructura escalonada en cuanto a niveles (Iniciación, Precompetición 1 y 2, y Escuela de Competición). En estos años la Escuela pasó de 150 alumnos a 500. La filosofía que implantó fue la de intentar conseguir que los alumnos tuvieran una base técnica lo más amplia posible y no dar excesiva importancia a los resultados en competición, sino al trabajo bien hecho.
Técnicamente, Txema fue un entrenador completo en todos los sentidos. Siempre con ganas de estudiar y leer cosas nuevas, en definitiva, de estar constantemente formado. Pero no sólo por saber y conocer más cosas para él, sino para transmitirlas a sus alumnos y alumnas, y al que le quisiera escuchar. Gran conocedor de las empuñaduras y para qué y qué no sirve cada una. Sabedor de las ventajas y desventajas de pegar a la pelota de una forma u otra. Una de sus improntas era tener una programación exhaustiva de cada uno de los niveles, para que nada se quedara en el tintero al acabar la temporada.
Y también está su vertiente como Juez Árbitro de infinidad de Torneos. El que primero llegaba y el último que se iba. Puntualidad, conocimiento del Reglamento, cuadros y órdenes de juego actualizados, gran capacidad organizativa y, sobre todo, gran don de gentes. No se aguantan tantos años sin saber torear y hacer grandes faenas.
En 2014 cesó como Director de la Escuela. Sin ningún lugar a dudas, por la Puerta Grande.
María Garai
Tomó las riendas de la Escuela en Enero de 2014. Trabajadora incansable, también pasó por todos los estadios de la Sección de Tenis, desde alumna hasta Entrenadora, teniendo un conocimiento amplio acerca de la evolución de la Escuela como tal y de su funcionamiento. Además, su nivel en competición le permite transmitir a sus jugadores ese espíritu de lucha que siempre tuvo.
Antes de trabajar en nuestro Club, María colaboró en otras Escuelas de Tenis que estaban empezando su andadura. Su labor en la A.D. San Juan, Club Natación Pamplona o la Escuela pública de la Federación Navarra de Tenis la convierten en un icono dentro de lo que es el tenis de escuela en Navarra.
Como Directora estuvo ilusionada en su proyecto y con una alta carga de trabajo, repartiendo su tiempo entre la pista, la gestión y la competición.
En 2019 dejó su cargo para ser la Responsable de la Escuela de Tenis.
Eduardo Sanz
El Entrenador debe conseguir una corriente de amistar entre los que viven la Escuela de tenis a diario. No todos los entrenadores lo consiguen. Eduardo Sanz ha sabido hacerlo durante los últimos años.
Si algún tenista cabe destacar en el momento de celebrar el Centenario de nuestro Club, ése es Eduardo Sanz. Eduardo Sanz Aguirre (Pamplona-Iruña, 1975), abogado, entrenador nacional de tenis y capitán del equipo absoluto del Club Tenis Pamplona desde hace años, ha sido el jugador más laureado de la Escuela de Tenis con mucha diferencia. Sus 18 títulos navarros absolutos hacen de él una referencia dentro de nuestra Comunidad; una referencia en cuanto a jugador, pero también como técnico y como persona.
Hace ya unos 30 años, los entrenadores advertían que Eduardo iba a ser un gran jugador y que, por supuesto, sería el número 1 del Club. Y no se equivocaban, porque la verdad es que el chaval tenía una técnica casi perfecta y, aunque en aquellos momentos jugaba más con el corazón que con la cabeza y la estatura no le acompañaba, no era difícil adivinar su futuro.
Eduardo tuvo la oportunidad de salir de casa para formarse como jugador profesional, pero declinó las propuestas y se dedicó a estudiar. No obstante, nunca dejó la raqueta; y cuando se dice nunca, es nunca, porque nuestro número 1 parece que ha tenido durante toda su vida la raqueta como una extensión natural del brazo. Los que le conocen así lo atestiguan al hacer memoria de su trayectoria: estudios-raqueta, familia-raqueta, novia-raqueta, vacaciones-raqueta, hijos-raqueta, despacho-raqueta… todo es tenis en la vida de Eduardo. Y, aunque algunos no lo entiendan, es muy feliz viviendo con esa droga tan saludable.
Es entrenador de nuestra Escuela de Competición desde el año 2001. Durante su trayectoria como técnico ha sabido valorar y mejorar el juego de muchos de los que han llegado al equipo absoluto. Hombre observador y entregado siempre al análisis del jugador, generoso en el esfuerzo por los demás, Eduardo ha sabido ganarse la admiración de muchos de los que han pasado por sus manos porque su labor nunca ha terminado en la pista, en lo técnico, sino en el apoyo y la comprensión al jugador en los momentos malos y en el aplauso sincero en los buenos. Eduardo Sanz, Edu, ha dejado su impronta en la Escuela y en muchos jugadores y sus familias. Sin duda, una persona digna de admirar y homenajear en estos momentos de la historia de los primeros 100 años de nuestro Club.
Desde 2019 ocupa el cargo de Director de la Sección de Tenis.
Escrito en 2018 por José María Sexmilo, ex-entrenador y juez árbitro del Club Tenis Pamplona. Revisado en 2024 por Jesús Rezusta, monitor y juez árbitro del Club Tenis Pamplona.
El contenido se ha redactado a partir del archivo propio del Club Tenis Pamplona, de cesiones de materiales de particulares y de entrevistas personales. Lamentamos las omisiones o erratas que se hayan podido cometer, y que en todo caso son debidas a la falta de información.